Tino y los devoradores de sueños


Tino y los devoradores de sueños:
Cancion Tino




En la ciudad de Tennessee un día cualquiera….

-          ¡Tino por favor! ¿Quieres recoger tu habitación de una vez por todas? Es la tercera vez que te lo pido en esta semana. Realmente no sé cómo puedes dormir bien en una cama revuelta llena de libros, revistas y cedés. Y mira el ordenador portátil a punto de caerse. ¡Dios mío dame paciencia con este jovencito! - decía Natacha la madre de Tino.

Tino era un joven de dieciséis años recién cumplidos. Vivía en una casa de Tennessee muy acomodada con su madre Natacha. Sus padres se habían divorciado hacía tres años ya que las relaciones conyugales no habían ido del todo bien.

Su padre Benjamín era informático y gestionaba una gran multinacional alemana. Ahora vivía prácticamente todo el tiempo en Berlín. Casi no se veían apenas.

Tino había tenido muy buena relación con su padre desde pequeñito y ahora añoraba muchísimo su compañía y la figura de un padre que estuviera pendiente de él y le ayudara con sus deberes. Sobre todo con la física. Natacha colaboraba como podía en los estudios de su hijo, pero era diseñadora y sus conocimientos en ciencias eran bastante limitados.

Tino hubiera deseado que sus padres estuvieran juntos y que la convivencia hubiera sido tan maravillosa y genial como se pintan en los cuentos de hadas. Pero por desgracia eso no fue así.

Los dos años posteriores a la separación de sus padres Tino demostró su tristeza con una rebeldía exacerbada. En el colegio siempre intentaba destacar pero no precisamente sacando buenas notas, sino realizando todo lo contrario. Dejó de interesarse por los estudios y por aprender. No quería hacer nada. Se mostró distante y desmotivado durante una buena temporada en la que Natacha intentó llevarle a diferentes psicólogos y psicopedagogos para evitar su fracaso escolar.

Al cabo de un tiempo Tino recobró su habitual estado de ánimo, pero no dejaba de echar de menos a su padre. No tuvo más remedio que seguir adelante. Conoció a varios amigos nuevos en el colegio y formaron una bonita colla. Entre ellos se apoyaban mutuamente y compartían diversas aficiones. Sobre todo, su afición a los videojuegos y a la informática. Muchos fines de semana quedaban en casa de alguno de ellos para intercambiar videojuegos o para “craquear” algún programa que necesitaban para alguna labor del colegio o para jugar en red. Pasaban muchos días y muchas noches encerrados en la habitación disfrutando con juegos estratégicos o militares.

De esta manera pasaban los ratos juntos y se distraían de lo lindo.

-          ¡Tino, por favor! ¿Queréis salir a merendar de una vez?- dijo Natacha a los chicos para que saliesen de la habitación aunque solo fuera durante cinco minutos.
- -         En todo el fin de semana solo os he visto media hora, el resto del día os lo pasáis encerrados en la habitación. Es necesario que salgáis a respirar un poquito de aire- explicaba Natacha a los chicos para hacerles entrar en razón.
 -          ¡Pero mamá, ahora no! Estamos a punto de descubrir quién de nosotros es el “topo”-  contestó en estado de excitación Tino.
 -          ¡Venga John! ,  ¡dale ahora! Es el momento – gritaba Eusebio.
 -          Pero no ves que se ha puesto delante de la pantalla- exclamaba John  con el mando de la PlayStation en la mano.
 -          Se acabó- dijo Natacha apagando el monitor de la habitación. Ahora mismo salís todos a merendar.

-¡Pero no, mamá! ¿Pero qué has hecho? - dijo Tino a su madre con cara de pocos amigos.


Dicho esto, los chicos salieron al comedor donde tenían preparada una mesa llena de exquisitos bizcochos con chocolate que Natacha les había preparado.
 -          ¡Venga chicos a merendar!
 -          ¡Mamá, pero que buena pinta que tiene esto!- dijo Tino dirigiéndose a los bizcochos. No sé cuál elegir.
 -          Y vosotros no querías salir a merendar ¡¡eh!!!- dijo Natacha esbozando una gran sonrisa.
 -          ¡Madre mía, que buenos que están! ¡Están riquísimos señora Burkel! Muchas gracias- dijo John dirigiéndose a Natacha.

Natacha encendió el televisor buscando algún programa divertido para que vieran los chicos mientras merendaban. De repente una noticia hizo que todos permanecieran en silencio.

“Hace ya varias semanas, un extraño suceso viene repitiéndose en el condado de Tennessee. Todos los médicos e investigadores se encuentran alarmados buscando la explicación a esta extraña pandemia. Cientos de jóvenes se encuentran ingresados infectados con lo que parece un extraño virus que todavía no se ha podido identificar. Los jóvenes que lo padecen tienen extraños síntomas como apatía, falta de memoria, desmotivación, cansancio e inapetencia. Se muestran ausentes y permanecen despiertos día y noche. Se están investigando las posibles causas, pero parece improbable que se tenga algún resultado concluyente antes de una semana con lo que se teme que la situación de salud de los jóvenes pueda empeorar…”

-¿Habéis oído eso chicos?- dijo Natacha mostrándose preocupada ante la mirada estupefacta de los chicos.

- Nosotros no sabíamos nada, pero sí que es cierto que en el instituto se están produciendo hechos raros. En varias ocasiones más de un compañero se ha quedado sin habla durante la clase y alguno se ha ausentado durante varios días por que comentaba que no había podido levantarse de la cama-  dijo Eusebio.

- Si, es cierto mamá- corroboró Tino. Hace unos días que algunos niños tienen extraños comportamientos.

-Mañana mismo iré a hablar con vuestros profesores para que me expliquen detalladamente la situación y todo lo que verdaderamente está pasando. Las noticias habitualmente tienden a generar alarma y posiblemente no sea nada grave- dijo esperanzada Natacha.


Al día siguiente Natacha fue al instituto dispuesta a enterarse de lo que realmente les estaba pasando a los chicos.

Cuando llegó al despacho de los tutores se dio cuenta que no era la única madre preocupada que acudía al centro a buscar explicaciones. Una cola de doce padres se situaba delante de la puerta del director.

-          Un momento por favor.  No se alarmen. Ahora mismo iremos a la sala de Actos y allí hablaremos del tema y contestaré a todas sus preguntas. – dijo el Director dirigiéndose a la congregación de padres.

Una vez que estuvieron todos reunidos en la sala de conferencias el Director les explicó que según los datos que tenía y que le había facilitado la Policía, se habían detectado ya una trentena de jóvenes con síntomas inespecíficos de lo que parecía ser un extraño virus. Parece ser que la extraña enfermedad solo afecta a los jóvenes de entre doce y dieciocho años. Todos los jóvenes habían presentado de repente los síntomas tras una larga noche de insomnio y malestar general, con fuertes pesadillas y temblores. Al día siguiente de la infección ya comenzaron a presentar síntomas de apatía, desmotivación, pérdida de memoria e inapetencia. A partir de ese momento ya no han dormido ni un solo día. Se mantienen despiertos y en estado de ausencia. No se sabe durante cuánto tiempo el virus permanece en el organismo ni se conoce el desenlace final de la enfermedad.

Todos los padres que estaban en la sala de conferencias escuchaban alarmados la explicación del director. Caras de asombro, de dudas y de preocupación hacían que se oyeran diversos murmullos y conversaciones paralelas entre los diferentes padres. Finalmente, uno de ellos se decidió realizar una pregunta.

-          Señor director, soy el papá de John y me gustaría que me dijera si han pensado en cerrar el instituto durante unos días para evitar que la enfermedad se contagie al resto de nuestros hijos y demás jóvenes. Si no se conoce ni el mecanismo de actuación del virus, ni como se produce el contagio ni la propagación de la enfermedad nuestros jóvenes están en constante peligro de infección. Sería aconsejable durante un tiempo cerrar las aulas a la espera de que se notifiquen las causas de la enfermedad y se halle un tratamiento adecuado- explicó Marc el padre de John.

-          Si, es cierto. Él tiene razón. Habría que intentar proteger a nuestros muchachos- dijo otro de los padres alzando la voz.

-          Nos reuniremos con el consejo escolar y con los diferentes tutores y buscaremos la situación más idónea para los chicos. Dejen todo en nuestras manos. De momento no preocupen a los chicos. Manténganse en sus casas a la espera de que notifiquemos cualquier decisión- concluyó el director dando por zanjada la explicación de los hechos.

Natacha se dirigió a casa pensando qué les comentaría a los chicos. Mientras se dirigía a casa se encontró con el padre de John y continuaron conversando durante largo rato. Se contaron sus respectivas preocupaciones y sus temores de que algo malo pudiera pasarles a sus muchachos.

Cuando llegó a casa Tino le estaba esperando delante del sofá leyendo una revista delante del televisor.
 -          ¡Hola mamá! ¿Qué te han comentado en el Instituto? – preguntó sigilosamente Tino.
 -          Bueno, de momento, no se sabe qué produce la enfermedad. Se cree que pueda ser un virus pero no lo saben todavía. Lo que sí que es cierto es que solo afecta a los jóvenes de doce a dieciocho años. Y los deja en un estado letárgico, apáticos y desmotivados.
 -          No te preocupes por mí, mamá. Ya verás cómo no me pasará nada. Seguro que se trata de alguna pasa de virus y ya está. Igual es un nuevo tipo de gripe. - dijo Tino acercándose para darle un beso a su madre.
 -          Eso esperamos todos- dijo Natacha muy poco convencida.



Los días pasaban por el condado de Tennessee y cada vez eran más los jóvenes que presentaban la enfermedad. El Instituto decidió cerrar sus puertas para evitar que la enfermedad se propagara todavía más y miles de jóvenes permanecían en sus casas esperando que la pandemia se resolviera pronto.
 -          Tino, ¿tú crees que esa enfermedad podría ser mortal? - preguntó John a Tino mientras instalaban un nuevo programa informático en su ordenador.
 -          No lo sé, John. Los jóvenes infectados parece que no se mueren, simplemente carecen de fuerza, vitalidad y energía. Están en un estado constante de apatía. Lo que es cierto es que parece ser que no empeoran, pero tampoco logran recuperarse- dijo Tino con un gran desánimo en su voz.
 -          De todas formas hoy han comentado en las noticias que se ha descartado que sea un virus, ya que no han encontrado ningún rastro de infección en la sangre de los chicos. No existe virus. ¿Es todo muy raro no te parece? – dijo John a Tino.
 -          Realmente nunca había pasado nada similar en nuestro condado. Todo el mundo está alterado-dijo Tino.
 -          Esta noche quedaremos para jugar en casa de Eusebio al nuevo juego de Rol que le he instalado en su PC. ¿Quieres venir con nosotros?
 -          Ya sabes que mi madre se muestra ahora un poco reacia a que salga los fines de semanas con vosotros, ya sabes, por el tema del virus….- dijo Tino a John con cara de preocupación. De todas formas, intentaré convencerla.
 -          Está bien. Nos vemos allí- dijo John despidiéndose de Tino.

Aquella noche Natacha pidió a Tino que se quedara en casa. Tenía un extraño presentimiento y deseaba estar con su hijo el mayor tiempo posible.
 -          Tino, levántate un momento, papá está al teléfono- dijo Natacha a Tino acercándole el teléfono móvil.
 -          ¡Hola papá! Si todo bien. ¿Ya te has enterado de la noticia? Si, por aquí todos están preocupados. ¿Qué vendrás a verme la semana que viene? . Vale se lo diré a mamá. Un beso. Chao.

Dicho esto, entregó de nuevo el teléfono móvil a su madre y se quedó pensando si realmente su padre vendría la semana siguiente o haría lo que estaba acostumbrado a hacer habitualmente, llamar más tarde anulando la visita por algún imprevisto o algún asunto urgente que tenía que atender y que le impediría llegar a tiempo y poder verse con él.

Aquella noche Tino no pudo dormir. Comenzó a sentir escalofríos y sudoraciones. Tuvo temblores y malestar general. Comenzó a tener unas largas pesadillas y a mostrarse en estado de agitación permanente. Tino comenzaba a padecer los síntomas de la rara enfermedad. En aquel momento Tino comenzó a sentir que algo extraño le pasaba en su cuerpo. De repente sintió una desconexión total entre su mente y su cuerpo. Se sentía como flotando en un Universo paralelo lleno de luces brillantes como si se tratara de diferentes constelaciones o vías lácteas unidas en forma de red. Se veía flotar sin rumbo fijo hacia un extraño remolino que le absorbía hacia las profundidades de un mundo indescriptible y a la vez atemorizador.

Quería poder salir del remolino ya que un parte de él se daba cuenta de que estaba siendo absorbido por algo o alguien y que probablemente se trataba de aquella extraña enfermedad que afectaba a los jóvenes.


De repente cayó al vacío. Sin apenas poder darse cuenta de adonde había ido a parar escuchó el sonido chirriante de miles de máquinas en movimiento y miles de cables se expandían a lo largo de toda la estancia. Era un recinto cerrado, todo hermético y metalizado. Se encontraba rodeado de enchufes y cableado de diferentes colores que se unían formado redes que daban a parar a una gran máquina central semejante a un gran ordenador gigante. Por un momento quedó cegado ante la inmensidad de energía luminosa que circulaba a través de los cables de gran calibre. Parecía como si estuviera viajando por el interior de un gran ordenador.  De repente oyó murmullos que provenían de diferentes salas. Lentamente se acercó hacia una de ellas y comprobó con gran asombro como miles de sombras oscuras estaban distribuidas por las diferentes salas y no paraban de recitar y de teclear en una especie de órgano miles de códigos unos detrás de otros.

Parecía que estaban en situación hipnótica. Recibían órdenes de una especie de animal vestido de negro que marcaba el ritmo del canto y del tecleo. Llegó a contar un total de veinte salas. De los diferentes órganos salían más cables de colores metalizados y se unían formando redes. Cada red acababa llegando al gran ordenador central que se encontraba en la sala principal.

Del ordenador central salían unos enchufes que se conectaban a las grandes vallas metálicas que envolvían toda la estancia. A partir de las vallas ya no era posible ver más allá, ya que todo el entorno volvía a estar de nuevo a oscuras.

Tino se quedó asombrado viendo la cantidad de sombras que permanecían estáticas, inmersas en un estado casi hipnótico, recitando los códigos sin parar.

En aquel momento volvió a recordar los sucesos extraños que estaban sucediéndose en Tennessee y prácticamente pudo suponer que todo esto tenía mucho que ver con las enfermedades aparecidas días atrás.

Por su mente aparecieron miles de posibilidades que podían explicar de alguna forma lo que estaba ocurriendo en aquel lugar y quienes eran esas sombras, pero su imaginación se iba acelerando cada vez más y no sabía si realmente lo que pensaba era realmente lo que estaba ocurriendo.

Debía investigar más, pero parecía prácticamente imposible poder acercarse a alguna de aquellas sombras y mirar la clase de códigos que estaban recitando y tecleando. Pensó que lo más apropiado seria intentar acercarse a la sala del ordenador central y desde allí probar suerte y ver si era posible enterarse de lo que estaba ocurriendo.

Así que de manera sigilosa se dirigió lentamente hacia la sala central. Una vez allí oyó a diferentes voces que hablaban y reían.
 -          Con estos ya tenemos a más de cien jóvenes, jefe- dijo una de las sombras.
 -          Perfecto. Con las diferentes energías vitales de cada uno de ellos ya los tendremos bajo control. Llegará un momento en que todos los humanos estarán bajo nuestras órdenes y podremos invadir sus cuerpos y sus mentes y de esta manera apoderarnos de todo el planeta- dijo riéndose la sombra que parecía ser el jefe de todas ellas.
 -          Hay que abrir un nuevo puerto para este nuevo juego de rol que ha salido al mercado hoy- dijo otra de sombras. Si abrimos varios puertos más, conseguiremos darnos paso a todos los Estados Unidos y desde allí ya podremos avanzar hasta el resto del mundo. - dijo riéndose otra de las sombras.
 -          No nos precipitemos. Hemos de ser cautelosos. Si los humanos descubren nuestro sistema de codificación pueden detectar los puertos y las conexiones y desestabilizarnos. Hemos de actuar sigilosamente y pausadamente para que cuando lo descubran ya sea demasiado tarde- dijo la sombra jefa riéndose a carcajada limpia.
 -          Está bien jefe. Pero es que la emoción del momento me invade. Estoy deseando tenerlos a todos bajo nuestro control. - dijo la sombra que se situaba más a la derecha.
 -          Dejémonos de charla y vamos a por faena. No podemos descansar ni un minuto. ¿A qué hora se produce el cambio de turno de las sombras de la sala oeste? – dijo la sombra jefa.
 -          A las ocho en punto es el cambio de turno jefe.
 -          Pues que todo esté dispuesto para ese momento. No podemos dejar ni un solo segundo de teclear los códigos. Cualquier descanso en la transmisión puede hacer que la conciencia de los humanos durante el sueño se despierte y que no se pueda canalizar toda la energía vital. Si esto ocurriera sería desastroso. Nos impediría dominar totalmente su inconsciente y  se despertarían durante el sueño. Tendríamos que empezar de nuevo a teclear todo el código y tendríamos que esperar hasta que se volvieran a conectar a Internet- dijo el jefe muy convencido de lo que decía.
 -          No se preocupe jefe. Están muy bien entrenadas para ello. Es muy difícil que algo así pueda producirse.

De esta manera Tino comenzó a hacer sus suposiciones. Por lo que le había parecido escuchar se trataban de seres oscuros que habitaban por las redes de Internet y que pretendían canalizar las mentes de los seres humanos a través de codificaciones que enviaban sin descanso a sus mentes inconscientes mientras estaban conectados por Internet a los juegos de Rol. Una vez que dominaban sus inconscientes les arrebataban poco a poco su energía vital. Después de esto pretendían canalizar sus cuerpos y hacerse con el control de toda la humanidad y de todo el planeta.

Parecía ser que por esto de momento afectaba únicamente a jóvenes y que por esta razón los chicos a los que canalizaban tenían los síntomas de cansancio, apatía, desmotivación, falta de apetito y de sueño. Estaban comenzando a estar dominados por las sombras de Internet. Si los planes de estos bichos lograban surtir efecto sería la destrucción de todo el Planeta. Por lo visto accedían mediante puertos que abrían y cerraban continuamente y que enviaban a través de los juegos de Rol. Cuando los mensajes saturaban la mente inconsciente de los jóvenes era cuando estaban totalmente dominados y aparecía la enfermedad.

Si esto era cierto sus amigos John y Eusebio estaban también en peligro. Tenía que avisar de alguna manera al exterior de lo que estaba ocurriendo. Pero no tenía ni idea de cómo podía hacerlo. No sabía ni tan siquiera como había llegado hasta allí y tampoco como podría salir. Por algún motivo él había podido llegar hasta el interior del ordenador central, seguramente se produjo algún tipo de cortocircuito o desconexión durante la última transmisión del mensaje codificado durante su sueño y esto hizo que su consciencia viajara también a través de las redes. Ahora estaba atrapada su consciencia, pero por suerte su energía vital se mantenía sana y salva supuestamente en la cama de su habitación y junto a su cuerpo. Al menos eso esperaba.

Tenía que avisar de alguna manera a sus amigos de lo que estaba ocurriendo. ¿Pero cómo?

De repente sintió un escalofrío recorriéndole todo el cuerpo. Una sombra oscura se le acercó sigilosamente por detrás y lo atravesó sin ni siquiera darse cuenta de su presencia.

En aquel momento Tino se dio cuenta que las sombras parecían no verle. Si eso era cierto podría colarse en alguna de las salas o en la sala del ordenador central y desde allí intentar conectarse a través de Internet con los ordenadores de John y Eusebio. Si pudiera chatear con ellos o hablarles de alguna forma, sería fácil informarles de lo que estaba pasando. Si descubría los códigos que enviaban constantemente las sombras, solo tendría que enviárselos a John y Eusebio y descubrir todos los puertos por los que pasaba dicha codificación. Una vez que descubrieran los puertos sería fácil cerrarlos y evitar que se siguieran enviando los mensajes. Con los puertos cerrados las canalizaciones de energía vital ya no podrían seguir realizándose. Tenía que pensar como sería posible devolverles a los jóvenes la energía vital robada que se encontraba almacenada en el ordenador central. Supuso que se tendría que enviar de vuelta toda la codificación antes de cerrar los puertos. Quizás esto sería lo más difícil de conseguir. Tendría que distraer a las sombras durante un tiempo, cambiar las órdenes del ordenador central y una vez que se completara toda la codificación de vuelta, cerrar los puertos y con ellos todas las conexiones.

Mientras en casa de Natacha….
-Tino, por favor abre la puerta- gritaba exaltada Natacha. ¡Oh Dios mío! Algo está ocurriendo ahí dentro. Tino voy a derrumbar la puerta.

Natacha acabó por derrumbar la puerta de la habitación de Tino y de repente se quedó sin habla cuando vio el cuerpo de Tino que yacía en el suelo de la habitación y prácticamente sin moverse.
 -          Tino, Tino, despierta por favor- gritaba desesperada Natacha.

Pero Tino no respondía. Su consciencia estaba atrapada en las redes de Internet y su cuerpo permanecía dormido, respirando con tranquilidad como en un estado de sueño permanente.

Natacha llamó a la policía y a los profesionales sanitarios explicando lo que estaba ocurriendo. En seguida se presentaron en cada de Natacha.

-          Es muy extraño. No es lo mismo que les ha pasado a los otros chicos. Los otros chicos permanecen despiertos, pero Tino está completamente dormido- dijo uno de los médicos que acompañaban a Policía.
 -          Sí, es cierto. No sabemos qué está ocurriendo. Puede ser que sea una fase más avanzada de la enfermedad o que sea su consecuencia última- decían entre ellos los diferentes profesionales.
 -          ¿Pero que están diciendo? ¿Se puede saber que están hablando? Se trata de mi hijo no lo olviden- lloraba desesperada Natacha.
 -          Perdone señora, solo hablábamos en alto. Lo llevaremos para realizarle diferentes estudios- dijo el médico a Natacha.
 -          De eso nada, mi hijo no sale de esta habitación. Me quedaré cuidándolo hasta que despierte porque estoy segura de que lo hará- dijo Natacha aferrándose a Tino.
 -          Está bien señora. Pero si cambia de parecer háganoslo saber. Su hijo puede ayudarnos a descubrir de que enfermedad de se trata, si no nos lo deja llevar para investigar no podremos avanzar en nada más- dijo enfadado uno de los investigadores.
 -          Lo siento. Yo cuidaré de él en casa hasta que se despierte- concluyó Natacha muy convencida de lo que hacía.


Tino estaba convencido de que podría realizar la misión. Tenía que aprovechar los cambios de turnos para colarse en el ordenador central y desde allí poder comunicarse con sus amigos. Observando a las sombras se dio cuenta de que había diez minutos al día que el ordenador central estaba sin custodia.

Esperó el momento oportuno para acercarse a la sala central y desde allí esperó a que el ordenador estuviera sin ninguna sombra a su alrededor. Llegó la hora y Tino se dirigió rápidamente hacia el ordenador. En él buscó las “Ips” de los ordenadores de John y de Eusebio. Por suerte parecía que estaban conectados. Posteriormente buscó entre los usuarios de sus ordenadores y descubrió que en ese momento se encontraban jugando en red al último juego de rol que habían instalado. Se dio cuenta de que por este juego también estaba pasando la codificación de las sombras. La memorizó como pudo y se dio cuenta que consistía en la repetición de siete códigos seguidos que se bucleaban una y otra vez a través de los puertos saturando las redes y con ellas las mentes inconscientes de los muchachos. Eran continuos mensajes subliminares que se dirigían directamente a las mentes de todos los jóvenes de Tennessee durante el tiempo que estaban conectados.

Como pudo habilitó un usuario de entrada para el juego de Rol. Con un poco de suerte podría entrar en el juego y desde allí abrir un chat para poder comunicarse con ellos.
 -          ¡Eureka! Misión cumplida- pensaba para sí mismo Tino. Menos mal que conozco alguna cosa de codificación de sistemas y de comunicaciones en red... – dijo suspirando largamente Tino.

En ese momento elaboró un usuario y como conocía la contraseña del juego de los chicos en seguida pudo entrar a jugar con ellos.
 -          Chicos, chicos…soy Tino- escribió Tino en un mensaje de chat.
 -          Eh. ¿Pero qué pasa? Alguien ha entrado a jugar con nosotros- dijo John observando la pantalla del PC.
 -          Si. Debe ser Tino. Es el único que conoce el código de entrada- dijo Eusebio observando los mensajes que iban apareciendo en el ordenador.
 -          Chicos, soy Tino. Estoy atrapado dentro del ordenador central de unos seres oscuros que habitan por las redes de Internet. – explicaba rápidamente Tino a sus compañeros.
 -          Tino. ¿Pero qué te has tomado? – dijo Eusebio. ¿Te encuentras bien?
 -          Chicos, os digo la verdad. Llamad a mi madre a casa y comprobareis que no estoy allí. Mi consciencia está atrapada entre las redes de codificación que envían continuamente las sombras y que son las responsables de la extraña enfermedad que ataca a los jóvenes- dijo Tino rápidamente.
 -          No tengo más tiempo. Mañana a la misma hora me volveré a comunicar con vosotros. Os explicaré en qué consiste mi plan. Me tengo que ir. Viene hacia aquí, os dejo chicos- acabó de explicar Tino.

Tino dejó lentamente el ordenador tal y como se lo había encontrado para no levantar sospechas en las sombras. Mientras la sombra volvía a asumir el ordenador central y se disponía a seguir trabajando con los bucles de información.

John y Eusebio se quedaron asombrados con la información que Tino les acababa de proporcionar.
 -          ¿Te has enterado de algo de lo que Tino ha dicho?- preguntó incrédulo Eusebio.
 -          Ha hablado de que está atrapado por unas sombras de Internet que son las causantes de la enfermedad que ataca a los jóvenes. Y ha hablado sobre unos códigos que envían constantemente a través de la red o algo así- dijo John a Eusebio extrañándose hasta de lo que estaba diciendo.
 -          Tenemos que llamar a Natacha y preguntarle si Tino se encuentra en casa y si podemos hablar con él.


Al día siguiente Eusebio y John se dirigieron a casa de Natacha.
 -          Hola Sra. Burkel . ¿Está Tino con usted? ¿Podemos hablar un segundo con él? preguntó John.
 -          ¡Ah! Hola chicos. Pasad. Os tengo que contar una cosa. Tino ha contraído la enfermedad de los jóvenes. Está en la cama sin moverse, pero a diferencia del resto de chicos afectados, él está completamente dormido- dijo llorando la mamá de Tino.
 -          ¡Así que es cierto! ¡Tino está atrapado en la red! – dijo John mirando a Eusebio detenidamente.
 -          Chicos. ¿Pero que estáis diciendo? ¿Qué significa que se encuentra atrapado en la red?- dijo Natacha.
 -          Ayer recibimos un mensaje de Tino través del juego de Rol que instalamos hace unos días. Nos dijo que su mente consciente se había quedado retenida entre las redes de Internet. Parece ser que por las redes habitan unas sombras oscuras que son las responsables de provocar la enfermedad a los jóvenes. Por lo que Tino nos ha explicado, envían mensajes codificados a las mentes inconscientes de los chicos mientras se encuentran navegando por Internet. Esto a la larga les provoca la enfermedad y les deja sin fuerzas ni vitalidad- explicó detalladamente Eusebio a Natacha.
 -          ¡Oh, Dios mío! No puede ser cierto. Mi hijo atrapado por esas sombras  que vete tú a saber que pretenden hacer con las mentes de esos jóvenes. – dijo Natacha que no paraba de ir de un lado a otro de la habitación.
 -          Tino nos dijo que esta noche se volvería a conectar.
 -          Entonces esta noche iré con vosotros a vuestra casa y nos informaremos realmente de lo que le está pasando a Tino- dijo Natacha todavía incrédula.
 -          Sra. Burkel. ¿Usted cree que deberíamos llamar a la Policía?- dijo John.
 -          De momento no. Esperaremos a ver qué nos comenta Tino y después decidiremos si damos parte a la Policía o no. Hay que ir con cuidado. Tino está atrapado entre los dos mundos y puede ser muy peligroso actuar rápidamente y sin conocimiento. Me fio más de Tino y de vosotros que no de la Policía. Esperaremos- dijo Natacha tranquilizándose un poco más.

Cuando llegó la hora los chicos y Natacha estaban ansiosos delante del ordenador esperando que Tino pudiera comunicarse con ellos. De repente los mensajes del chat comenzaron a sonar.
 -          ¡Es él Natacha! ¡Está en red! – dijo Eusebio.
 -          Hola chicos. ¿Estáis ahí? No tengo mucho tiempo. Os explico lo que tenemos que hacer. He detectado la codificación que envían las sombras, están formadas por siete dígitos que se repiten continuamente. “ 0010100”. Tenéis que hallar todos los puertos por los que accede esta codificación y tenerlos identificados. Todos los puertos llegarán seguramente a los ordenadores de las casas de los jóvenes y se colarán a través de los diversos juegos de Rol que los chicos tengan instalados en sus Pcs .Es necesario descubrir todos los puertos para poder cerrarlos.- explicaba detenidamente Tino.
 -          De acuerdo. Lo haremos. Consultaremos a los mejores informáticos. Quizá tu padre pueda ayudarnos con eso- dijo John.
 -          Sí, pero que sea confidencial por el momento. No podemos arriesgarnos. Hemos de ser cautelosos. Mientras tanto tengo que “craquear” el sistema de las sombras para enviar toda la codificación a la inversa y que los jóvenes puedan recobrar la estabilidad de sus mentes inconscientes y salir de la enfermedad. Necesitaré varios días para hacerlo. Después solo tendremos que cerrar los puertos- dijo Tino.
 -          Tino, ¿Pero como saldrás tu de allí? Tú no presentas los mismos síntomas que el resto de los chicos. La mente que se ha quedado retenida en tu caso no es la inconsciente- dijo preocupada la madre de Tino.
 -          Si. Debió ocurrir algo raro en el momento en que me invadió la sobrecarga de información de la red y me debí despertar. Entonces fue mi mente consciente la que viajó – explicó Tino.
 -          La verdad es que no sé cómo puedo volver allí. Las sombras quieren dominar a todo el Planeta. Su misión es controlar las mentes de los jóvenes y arrebatarles su energía vital. Las tienen almacenadas en un gran ordenador central. Posteriormente quieren hacer un intercambio energético y poder canalizar sus sombras en los cuerpos de los jóvenes y así dominarlos totalmente y vivir eternamente ocupando sus cuerpos. Este es el objetivo diabólico de las sombras. Después quieren conquistar de esta manera al resto del Planeta- explicó rápidamente Tino a Natacha.
 -          Pero ¿Quiénes son esas sombras?- dijo Eusebio.
 -          No lo sé,  pero no tengo más tiempo para explicaciones. Haced lo que os he pedido. Nos vemos dentro de tres días a la misma hora.


Y dicho esto Tino dejó el ordenador central ya que vio que una sombra se acercaba hasta donde estaba él.
 -          ¿Pero que es esto? – dijo una de las sombras. Alguien ha estado manipulando el ordenador sin permiso. Ahora mismo doy parte al Jefe para que organice una reunión extraordinaria para descubrir quien ha sido el responsable de esto. No se puede permitir dejar abierto el acceso a los diferentes órganos que envían la codificación.- dijo la sombra extrañada por lo que había detectado.

Mientras, Tino rezaba para que las sombras no descubrieran nada de lo que había estado haciendo en el ordenador.

Estuvo trabajando varios días elaborando la codificación a la inversa para que los jóvenes pudieran recuperarse antes de cerrar todos los puertos y todas las conexiones. Estuvo estudiando minuciosamente toda la programación del ordenador central y descubrió que una vez que la información estuviera de vuelta, la energía vital de los jóvenes volvería cada una a su sitio, pero el ordenador detectaría alguna fuga en el sistema durante el periodo que tardara en enviarse toda la codificación inversa y que se pudieran cerrar los puertos. Así que tenía que pensar en una alternativa para que el sistema no descubriera el escape de la energía vital de los jóvenes.

Estuvo meditando largamente y pensó que la única manera seria sustituir la energía de los jóvenes por la baja energía propia de las sombras. De esta manera los jóvenes quedarían liberados y las que se quedarían atrapadas en su propio ordenador central serian ellas.

A los tres días volvió a conectarse con sus amigos.
 -          Hola Tino. ¿Cómo estás? Te hemos traído la información de todos los puertos- dijo Eusebio. Hemos pedido ayuda a tu padre. Ha venido a hablar contigo, está con nosotros y con tu madre aquí- dijo John.
 -          Hola papá- dijo Tino. Ahora no tengo mucho tiempo para hablar. Las sombras empiezan  a sospechar de algo. Estoy elaborando un parcheado del programa para que tras enviar la información de vuelta y devolverles la energía vital a los jóvenes se pueda enviar al ordenador central las bajas energías de las sombras y que sean ellas las que se queden retenidas en el ordenador. Posteriormente cerraré todos los puertos. De esta manera nos libraremos de las maléficas sombras para siempre- explicó Tino detalladamente a su padre.
 -          Está bien. Te enviamos todos los puertos. Si necesitas cualquier ayuda para realizar el parcheado ya sabes que puedes contar  conmigo. No sabía que sabias tanto de informática - dijo en un tono sorprendido su padre.
 -          Es normal. Nunca vienes a verme- expresó desde lo más profundo de su corazón Tino.
 -          ¡Ah!. Perdona. No es el momento de hablar de eso- continuó explicando Tino.
 -          Enviadme toda la información. Nos veremos de aquí a tres días.- dijo Tino
 -          Está bien. Aquí tienes toda la información de los puertos. Nos vemos pronto, hijo- dijo el padre de Tino dándose cuenta de que Tino realmente echaba de menos poder estar con él.

Los días pasaron y Tino consiguió elaborar los parches para que todo saliera perfectamente y que las sombras no se dieran cuenta de nada durante el proceso que durará el intercambio. En media hora subiría el parche al ordenador central y desde allí activaría la orden para que empezara a producirse la codificación inversa, el intercambio energético y el cierre de los puertos. Solo esperaba que tras el cierre de los puertos él ya no estuviera allí para verlo. Esperaba que antes su conciencia hubiera vuelto a su lugar de origen, a su cuerpo. Pero no estaba del todo convencido de que así fuera. En el momento en que las sombras perdieran su energía vital, todo su mundo de redes y conexiones dejaría de existir. Se difuminaría en el universo y desaparecería para siempre pero lo que no  sabía Tino  a ciencia cierta era si él también desaparecería con el mundo de las sombras o si su conciencia viajaría de vuelta a casa antes de que eso ocurriera.

A Tino no le quedaba otra alternativa más que desear que su conciencia no se quedara retenida allí. De todas formas era la única forma de salvar a los jóvenes y a toda la humanidad. No tenía otra salida.

Cuando llegó la hora, Tino volvió a sentarse delante del ordenador central e introdujo el parcheado. Una vez que estuvo bien instalado solo le quedaba ejecutar la orden y que el sistema comenzara a cambiar la información y la dirección de los bucles de codificación. Antes de dar la orden, rezó para que todo saliera como estaba previsto.

A las ocho en punto, cerró los ojos y presionó “intro”. Ya no había vuelta atrás.

En aquel momento parecía que nada estuviera pasando. Las sombras continuaban recitando y tecleando la codificación, pero lo que no sabían era que ahora las estaban re direccionando de vuelta. Una vez que acabara el proceso, el intercambio de energía tendría lugar y desaparecerían irremediablemente por los cables y redes que nutrían el ordenador central. Posteriormente todos los canales, puertos y conexiones quedarían completamente cerrados.

Tino esperó durante dos horas que era el tiempo previsto para enviar toda la información de vuelta. De momento todo marchaba correctamente.

Cuando el tiempo hubo finalizado se activó la alarma en el ordenador central.

Todas las sombras permanecieron estupefactas al comprobar que toda la energía vital de los chicos estaba desapareciendo y que su lugar comenzaba a estar ocupado por sus propias energías. Pero ya no tuvieron tiempo de reaccionar, no había marcha atrás. El plan había funcionado a la perfección.

De repente Tino comenzó a sentir unos temblores, sudoración fría y malestar general. En aquel momento pensó que su vida acabaría allí entre esas cuatro paredes virtuales de enchufes. Así que cerró los ojos despidiéndose de su padre y de su madre y dando las gracias a Dios de que al menos el plan había surtido efecto aunque supusiera quedarse atrapado en un mundo de sombras del que no podría salir jamás.

 -          ¡Tino, Tino. Hijo mío. Despierta. ¡Abre los ojos!- gritaba su madre desesperada viendo a su hijo agitarse dentro de la cama.
 -          Está despertando- dijo Benjamín.
 -          Ahora parece que abre los ojos- dijo John.
 -          Mirad, ya vuelve en sí- comentó Eusebio.

Tino comenzó lentamente a abrir los ojos. Miró a su alrededor y se quedó sorprendido al verse en su habitación, rodeado por sus seres queridos.
 -          ¡Mamá, papá...he vuelto a casa!- dijo sollozando Tino

-          Lo hemos conseguido juntos- dijo el papá de Tino. Esta mañana hemos oído por las noticias que los jóvenes que sufrían la enfermedad se han recuperado misteriosamente y que se encuentran en buen estado. Las autoridades piensan que podría haberse debido a una epidemia de un virus desconocido que por extrañas circunstancias ha dejado de ser perjudicial para los jóvenes. Dan por cerrado el caso.-continuó explicando el papá de Tino.
 -          ¡Hijo mío! ¿Te encuentras bien?- dijo Natacha abrazando  tiernamente a su hijo.
 -          Si mamá. Ha sido una experiencia inolvidable- dijo Tino. Muchas gracias por haberme salvado- dijo dirigiéndose a John y a Eusebio.
 -          No Tino. Todo ha sido gracias a ti y tu perseverancia. Nosotros solo hemos hecho lo que tú nos has pedido. El diseñador del Plan estratégico has sido tú- dijo John.
 -          ¡Enhorabuena Campeón!- dijo el papá de Tino dándole un gran abrazo. Después de esta experiencia prometo estar más cerca de ti. Prometo que estaré más pendiente de ti y de tu madre. Pienso pedir en el trabajo un traslado y venirme a vivir de nuevo a Tennessee. Creo que estaremos mejor juntos.- dijo el padre  mirando de reojo a Natacha.
 -          Tu sabes que puedes venir a visitarnos siempre que quieras- dijo Natacha abrazándose a padre e hijo.


Finalmente todo salió según los planes previstos. Los jóvenes de Tennessee recobraron sus energías y sus inconscientes quedaron limpios y renovados.  El padre de Tino cambió drásticamente y prácticamente cada día se veía con su hijo en casa de Natacha. El cambio de trabajo le sentó fenomenal y Natacha estaba muy emocionada por su vuelta a casa. ¿Quién sabe? Quizás más adelante pudieran volver a estar de nuevos juntos como una gran familia.

John y Eusebio decidieron conectarse menos a los juegos de Rol. Tras la experiencia se habían dado cuenta de que pasaban demasiadas horas conectados a la red. Decidieron estudiar más informática y dedicarse a realizar algún tipo de deporte, que también les permitiera relacionarse más con otros chicos de su edad.

Tino después de la experiencia se dio cuenta de que la rabia y el rencor que sentía por el abandono de su padre se había transformado por una gran admiración y respeto. Se convertiría en un gran informático como él. Aunque por los conocimientos demostrados durante la lucha con las sombras de Internet Tino había demostrado que podía llegar a ser muchísimo mejor informático que su padre ya que aparte de tener buenos conocimientos informáticos demostró tener una gran valentía al enfrentarse él solo con las bajas energías de las sombras.

Y eso supuso el final de las sombras que habitaban en Internet…


Y colorín, colorado...este cuento se ha acabado….


Mónica Zambrano. Los Wikicuentos multiculturales.




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