Erase una vez, hace algún
tiempo, en la hermosa zona asturiana de los Picos de Europa , vivía una niña
llamada Rosa.
A Rosa le encanta ir de
excursión a recorrer toda la montaña asturiana ya que es amante de la
naturaleza y de los bosques. En muchas ocasiones realiza grandes caminatas en
compañía de su hermana Bióloga recogiendo algunas especies de plantas que
utilizan para completar su álbum botánico.
-
Buenos días Rosa. ¿Ya te has levantado?-
preguntó Eva tocando varias veces en la puerta de la habitación de su hermana.
¡Pues si que eres madrugadora!!- gritó
desperezándose Rosa desde el otro lado de la puerta.
-
Si, ya sabes que hemos quedado en ir a buscar
más especies de plantas para completar mi colección. Mañana en el instituto me
gustaría hacer una buena exposición para los chicos. Si no quieres venir, no vengas,
pero no me hagas perder demasiado tiempo- acabó concretando Eva.
En seguida Rosa comenzó a
preparar su mochila con varios utensilios que le servirían para ayudar a su
hermana en su labor, alguna ropa y algo de comida. Solían caminar por la zona
asturiana de la cueva de Covadonga, donde siempre acostumbraban a dejar una
pequeña vela a la virgen pidiéndolo el cumplimiento de alguno de sus deseos.
Así que recogió una moneda y una
pequeña velita para entregársela también a la virgen. Acto seguido acabó de
vestirse y bajó a reunirse con su hermana Eva en el salón de su casa.
-
Estoy deseando ver cumplido mi deseo- pensaba
para sí misma Eva. Cada año le pido lo mismo a la virgen. Espero que este año
me lo conceda-seguía meditando Eva.
-
Eva ¿en qué piensas?- preguntó Rosa viendo a su
hermana que conducía algo distraída.
-
Nunca me había dado cuenta que esta sala estaba
excavada en la roca- dijo Rosa mirando atentamente la forma de la sala.
Y antes de que pudiese acabar
la frase, el ruido fue cada vez haciéndose más agudo y más penetrante. En
seguida se adentró más en la sala en busca del extraño sonido y de repente pudo
ver en lo alto de una de las capillas la figurita de un murciélago que parecía
estar herido y que intentaba salir de lo alto de ella.
-
¡Pero si es un murciélago!- dijo Rosa muy
sorprendida por el hallazgo. Nunca había visto ninguno desde tan cerca. Ya
verás cuando lo vea Eva, se quedará igual de asombrada que yo.
Y en seguida Rosa se subió en
lo alto de una de las sillas que se encontraban en el pequeño oratorio y con
cuidado dirigió su manita en busca del pequeño murciélago.
-
¡¡Cuidado!!- dijo el pequeño murciélago. Me
haces daño.
-
¡! Pero si eres tu quien me ha hablado!-
exclamó Rosa dirigiendo la mirada hacia el pequeño murcielaguito.
-
Pues sí. Me llamo Bram y no soy ningún
murciélago, soy un vampiro- dijo algo enfadado Bram.
-
¿Un vampiro? ¡¡Pero si los vampiros no
existen!!- dijo Rosa. Mi hermana que es Bióloga me lo confirmó el día en que me
leyó la historia de amor al primer mordisco, una novela acerca de vampiros, muy
pero que muy bonita.
-
Si, si...por favor...no me la recuerdes- dijo
el Bram muy triste.
-
Pues siento decepcionarte, pero los vampiros sí
que existen y tienes a uno delante de tu pequeña nariz- dijo Bram en tono un
poco más alegre.
-
Si eso es cierto ¿¡Porqué estabas aquí encima
de la capilla y parecía que tenías dificultades en poder salir ¡¿Y se puede
saber que hace un vampiro en tierras asturianas?- volvió a insistir la pequeña
Rosa.
-
Bueno, bueno..las preguntas de una en una y
seré quien decida si quiero contestártelas o no. – dijo el vampiro.
-
Vaya con el vampiro, encima desagradecido. Si
lo sé no te libero de lo alto de la capilla- dijo Rosa un poco enfada y
dispuesta a marcharse por donde había venido.
-
Está bien, está bien. Tú ganas. Al menos he
tenido la suerte de encontrarme con un humano dispuesto a ayudar- dijo un poco
más cariñosamente el vampirito.
-
¿Estás dispuesta a escuchar mi historia y a creértela? Porque
claro, si te la cuento y luego no te la vas a creer, mejor me ahorro el cuento-
dijo el vampirito.
-
Bueno, tú empieza por contestarme a las
preguntas que te he hecho antes. ¿Qué haces en Covadonga y porqué pareces enfermo?-
dijo Rosa mirando atentamente al murciélago.
-
Pues verás, mi gran familia de vampiros y yo
siempre habíamos vivido tranquilos en la zona de Transilvania, respetábamos y
controlábamos mucho nuestras apariciones para que ningún humano pudiera descubrirnos.
Era mejor que pareciese que los vampiros no existíamos antes que tenernos que
enfrentar con sus cruces y ajos.- dijo Bram ante la atenta mirada de Rosa.
-
Pero nuestros días de calma llegaron a su fin
gracias al señor Dionisio y su haz de luz ultravioleta.
-
¿Dionisio? y ¿un haz de luz?- preguntó muy
sorprendida Rosa.
-
Si. Te explico la historia. Resulta que
Dionisio estaba comprometido con su novia, la bella Diana. Parecían muy felices
juntos y compartían muchas cosas. Pero llegó un día en que Diana se enamoró de uno de nuestros antepasados
vampiros más famosos y conocidos por vosotros los humanos.
-
Su amor sobrepasó todas las leyes naturales y nadie pudo
intentar convencerlos de que este amor era imposible. Ellos creían en él y
finalmente lo hicieron posible. Así que mi antepasado el vampiro Sam y la
humana Diana se casaron, dejando a Dionisio muy triste y desesperado cuando
conoció la noticia del abandono de su novia. A partir de ese dio, Dionisio juró
que eliminaría a todos los vampiros, ya que le habían arrebatado lo que más
quería en este mundo, el amor de Diana.
-
Dionisio cada semana reunía unos cuantos
humanos más con él y nos hacía la vida imposible. Cada día aparecía en
Transilvania con cruces, ajos y provocando fuego por donde él pasaba. Quería aniquilarnos
a toda costa.
-
Llegó un día en que tuvimos que partir en busca
de otros lugares donde vivir para evitar que Dionisio siguiese haciéndonos
daño. Nuestra gran familia comenzó a dividirse y nos repartimos por todo el
mundo, intentando que Dionisio frenara sus ataques hacia nosotros. Pero llegó
un día en que Dionisio a base de rencor y furia creó un haz de luz ultravioleta
que cuando enfocaba hacia nosotros y hacía nuestro pequeño corazón, provocaba
una mutación en nuestro código genético que nos hacía cada vez más vulnerables
al ajo. Y es por esta razón que actualmente muchos de nosotros hemos perdido
fuerza y con ellas nuestro poder de transmutación de murciélago a vampiro.
Muchos de mis antepasados están tan débiles como consecuencia de su haz de luz
que ya no pueden prácticamente ni volar. Muchos de ellos han perdido alguno de
sus colmillos y otros no pueden ni tan siquiera alimentarse- continuó
explicando tristemente el vampirito.
-
Así que es por esta razón que pareces enfermo-
dijo Rosa. Ya me había dado cuenta que algo raro te pasaba cuando eras incapaz
de salir volando cuando fue en a buscarte en lo alto de la capilla- continuó
explicando Rosa.
-
Y si sois vampiros de verdad- ¿Por qué no
elimináis a Dionisio? ¿Podéis morderle y hacer que se transforme en vampiro
no?-preguntó Rosa muy curiosa.
-
Eso era antes. A medida que los vampiros hemos
ido evolucionando generación tras generación, gracias a la selección natural;
hemos dejado de tener el poder de convertir humanos a vampiros para evitar la
extinción de nuestra especie. De esta manera evitamos enfrentamientos con
vosotros los humanos y vivimos en paz y tranquilidad alimentándonos de la
sangre de otros animales si levantar sospechas. Es por ello que permanecemos
vivos actualmente, si no, seguramente que haría siglos que nos hubiéramos
extinguido. Pero ahora esto vuelve a ser posible debido a la maldad de
Dionisio.- dijo cabizbajo Bram.
-
¡Ya lo entiendo!- exclamó Rosa. Tu antepasado
Sam y Diana son los protagonistas de la historia de amor más romántica que
jamás había oído. Todas las chicas deseamos que aparezca un vampiro como él en
nuestra vida- dijo Rosa. Sobre todo mi hermana Eva que no tiene ninguna suerte
con sus novios. Todos le abandonan y se van con otras. Yo no lo entiendo. Sé
que tiene genio pero es muy buena persona- continuó explicando Rosa.
-
Sí, pero toda historia tiene sus consecuencias.
Y esta tuvo un resultado muy penoso para nosotros. La historia nunca contó que
Diana tenía un novio y que lo abandonó por irse con mi antepasado vampiro y que
ahora los vampiros estamos próximos a la extinción gracias al odio y al rencor
que Dionisio nos tiene como consecuencia de este abandono. – dijo tristemente
Bram.
-
¿Y dices que ese tal Dionisio tiene un haz de
luz ultravioleta que es capaz de debilitar vuestro código genético?- preguntó
Rosa.
-
Así es. Tú sabes que a los vampiros no nos
gusta la luz. Siempre huimos de ella porque nos debilita. Pues Dionisio a base
de probar y probar y hacer experimentos, creó un haz de luz artificial
ultravioleta programada con efecto ajo, de tal manera, que afecta a nuestro
código debilitándolo y haciéndonos más vulnerable al ajo. Es como si cuando nos
enfoca, lo hiciera con miles de puntos de luz y miles de cabezas de ajo juntas-
siguió explicando el vampiro a Rosa.
-
¿Sería posible arrebatarle el haz de luz a
Dionisio?- preguntó esperanzada Rosa a Bram.
-
Lo hemos intentado todo, pero es muy difícil
arrebatárselo. Tiene mucho poder. En cuanto nosotros notamos su presencia no
podemos ni tan siquiera acercarnos a él- dijo muy triste Bram
-
Pero yo soy humana. Quizás yo sí que pueda
quitárselo. A mí no me afecta el ajo- dijo muy animada Rosa.
-
Pues quizás puedas convencerlo que deje ya de
luchar contra nosotros. Lo que pasó fue hace mucho tiempo y no es posible que
todavía guarde esta rabia en su interior. Tiene que entender que ahora mis
padres son felices juntos y que quizás él nunca lo hubiera sido con mamá.- dijo
cabizbajo el vampirito.
-
¿Has dicho mamá? ¿Diana es tu madre?- dijo Rosa
todavía más asombrada.
-
Si. Sam y Diana son mis padres- dijo el
vampiro.
-
Por eso Dionisio me odia muchísimo más que al
resto de vampiros y me persigue día y noche con su haz de luz a todos los
sitios a los que voy. Últimamente me vengo a refugiar a esta capilla ya que
Dionisio no suele seguirme hasta aquí- dijo
Bram.
-
Pues si quieres creo que puedo ayudarte. Quizás
si hablo yo con él y le explico. Su historia se parece a la de mi hermana Eva.
Ella ha sido abandonada muchas veces por
muchos chicos y no por ello les persigue con ningún haz de luz. Ella simplemente
piensa que el que será su pareja definitiva está todavía por aparecer y que
algún día lo encontrará. Acepta las circunstancias tal y como son- dijo Rosa al
vampiro.
-
Bueno, no sé si con palabras podrás convencer a
Dionisio . Pero podemos intentarlo. Si no, los vampiros realmente acabaremos
por extinguirnos- dijo muy triste Bram
Y dicho esto el pequeño murciélago se dirigió al fondo de la
sala oratoria del monasterio y de allí empujó una de las rocas que se
encontraban tras la capilla liberando una entrada que abría paso a un túnel
subterráneo excavado en las montañas. A través de él podía vislumbrarse la gran
cascada que rodeaba el templo de Covadonga.
-
Esta es el túnel que labraron mis antepasados
que lleva directamente al castillo de Transilvania. Es un túnel mágico, recorriendo solamente
unos pocos kilómetros estaremos allí. Antes podía transportarme sin necesidad
de recorrerlos a pie, pero como mis poderes se encuentran algo debilitados, no
me queda más remedio que hacerlo poco a poco y mediante un ligero vuelo- dijo
Bram. Quizás tardemos un par de días en llegar. ¿ Podrás aguantar mi ritmo?-
dijo Bram
-
Pues claro- dijo Rosa. Estoy muy acostumbrada a
caminar por los bosques- dijo muy contenta Rosa imaginándose una nueva
excursión.
Y en seguida Rosa y Bram se
dirigieron hacia el túnel subterráneo y comenzaron el largo camino a través de
él.
Mientras en la sala central
del monasterio de Covadonga, Eva comenzaba a echar en falta la presencia de su
hermana.
-
¡Qué extraño!- dijo Eva para sí misma. Hace
mucho tiempo que Rosa está ausente.
¿Dónde estará?. Me he despistado rezando a la virgen y la he perdido de
vista. EN seguida iré en su búsqueda.
-
Virgencita por favor, haz que este año conozca
al chico de mi vida y que por primera vez no me abandone. Haz que realmente sea
el definitivo y que pueda compartir mi vida con él- terminó por orar Eva ante
la imagen de la virgen de Covadonga.
Y en seguida que finalizó el
rezo, partió en búsqueda de su hermana.
Recorrió todas las salas del monasterio sin hallar rastro de su hermana.
Salió al exterior para comprobar si había alguna marca de calzado en el suelo
que le diera indicios de que la pequeña había salido del monasterio mientras
ella se encontraba orando a la virgen, pero tampoco descubrió nada extraño.
Poco a poco fue alarmándose cada vez más. Comenzó a pensar que a su querida
hermana algo extraño le había pasado.
Volvió de nuevo al interior
del monasterio y volvió a revisar una a una todas las salas. De repente entró
en una de las capillas donde pudo comprobar con asombro una entrada excavada en
la roca que parecía que daba a un gran pasillo.
-
¡Qué extraño!- dijo para sí misma Eva. Nunca
había visto este extraño pasadizo. Seguramente Rosa con lo curiosa que es, no
habrá podido evitar la tentación de adentrarse por él. Mira que le he dicho en
miles de ocasiones que no camine sola por lugares desconocidos. Cuando la
encuentra se va enterar de lo que es bueno. Al menos espero que haya cogido la
linterna y que lleve algo de alimento. No sé hacia donde llevará este recorrido
pero espero encontrármela a medio camino, necesito ir al bosque a buscar las
dos especies de plantas que me faltan para realizar mañana mi exposición de
botánica a mis alumnos-continuó pensando Eva.
Y sin pensárselo dos veces se
dispuso a recorrer el extraño camino. En seguida se fijó que grabadas en la
tierra había las marcas de dos pisadas, unas pertenecían al pequeño calzado
deportivo de Rosa y las otras pertenecían a las patas de un extraño animal. Con
la esperanza de poder encontrar a su hermana, se dispuso a seguirlas.
Mientras Rosa y Bram seguían
recorriendo el camino.
-
¿Estás cansada? – preguntó cariñosamente el
vampiro a la niña.
-
No mucho- dijo Rosa.
-
Pues todavía nos queda un largo camino. Voy a
intentar una cosa. Espero tener fuerzas suficientes para poder hacerlo. Me
gustaría poder transpórtame contigo al castillo sin tener que recorrer el
camino. Voy a intentar concentrarme en ello y si tenemos suerte en un santiamén
estaremos allí- dijo Bram
Y con
todas las fuerzas de que disponía, el pequeño vampirito comenzó a concentrarse
y visualizar el castillo de Transilvania. Con un gesto rápido cogió de la
manita a Rosa y sin tan siquiera darse cuenta, se elevaron por el aire y de
forma mágica llegaron hasta la entrada del castillo.
-
Lo has conseguido- gritaba emocionada Rosa
dándole un gran abrazo al pequeño murciélago.
-
Si. Hacía mucho tiempo que no había podido
hacerlo. Eso ha sido gracias a tus atenciones y a tu compañía- dijo sonrosándose
el pequeño vampirito. Aunque no logremos quitarle el haz de luz a Dionisio el
camino habrá merecido la pena gracias a tu compañía.
-
No ha sido nada. A mí también me ha encantado
haberte conocido. Estoy deseando contarle a mi hermana que los vampiros existen
y que he conocido a uno de ellos. Estoy desenado verte convertido en vampiro. ¿Eres
igual de guapo que de murciélago?- preguntó emocionada Rosa.
-
Uy , uy , uy…Se lo que estás pensando , pero
eso no es posible . Recuerda que yo soy un vampiro moderno y no podría morderte
para convertirte en vampira.- dijo
riéndose Bram.
-
Bueno…era tan solo un pensamiento- dijo
sonrosándose Rosa.
-
Bueno sigamos el camino. Hemos llegado al
castillo, mi antigua casa. Dionisio nos arrebató hasta nuestro hogar. Ahora él
vive en mi bonito castillo.- dijo muy triste Bram.
-
Bueno, ya verás como la situación cambia. En
cuanto hable con Dionisio y le haga entrar en razón…
-
¿ Y si no logras convencerle?- dijo Bram
-
Pues tendremos que arrebatárselo a la fuerza.
Tramaremos un plan para destruir el haz de luz- inquirió Rosa.
En seguida se adentraron al castillo de
Transilvania a través de unos de los
pasajes secretos del jardín que daban directamente al sótano del castillo.
.
-
El castillo está compuesto por dos salas.
Normalmente Dionisio se encuentra en la habitación de la sala Norte del
Castillo. La antigua habitación de mamá. Allí duerme rodeado por todas sus
fotos, su ropa y demás utensilios que le pertenecían. De esta
manera sigue continuamente alimentando sus
recuerdos y su amor hacia ella y aumenta su resentimiento hacia mí y
hacia papá- dijo Cabizbajo Bram.
-
No te preocupes pequeño vampiro. Hablaré con
él. Es mejor que tú me esperes aquí para evitar que te lesione más todavía con
su haz de luz.- dijo Rosa
-
Está bien, pero no dudes en avisarme si tienes
cualquier problema. Sílbame tres veces y yo iré en tu búsqueda- dijo Bram
preocupado por la seguridad de la pequeña Rosita.
-
No te preocupes. Estoy muy acostumbrada a
consolar a mi hermana cuando algún novio la abandona. Sé cómo hablarle para
cambiar el odio de su corazón por comprensión y respeto- dijo la pequeña Rosa.
-
En seguida estaré de regreso con noticias
positivas- concluyó la pequeña niña.
Y dicho esto enseguida marchó en dirección a la
Sala Norte en busca de Dionisio mientras su hermana Eva seguía recorriendo el
camino subterráneo sin saber bien hacia donde se dirigía.
Rosa llegó hasta la puerta de la habitación de
Dionisio y muy sigilosamente tocó a la puerta.
-
¿Quién nada ahí?- contestó una voz enfurecida
desde el interior de la habitación. Quien quieras que seas ya puedes marcharte
por dónde has venido. No quiero ver ni hablar con nadie- dijo muy enfado
Dionisio.
-
Soy Rosa. He venido a hablar con usted Sr
Dionisio- dijo la dulce Rosa intentando convencerlo.
-
¿Pero si eres una niña?- dijo Dionisio abriendo
bruscamente la puerta. ¿Se puede saber que haces aquí y como has entrado a mi
castillo?- preguntó enfurecido Dionisio.
-
He venido a hablarte de un amigo. Estoy muy
preocupada por él- dijo Rosa.
-
Es que mi amigo es un vampiro- dijo Rosa.
-
¿Un vampiro? Ni verlos. Tráemelo enseguida que
yo sabré que hacer con él. Ha venido al lugar equivocado tonta niña. No sabes
que mi odio hacia ellos sobrepasa cualquier tipo de emoción habidas y por
haber- dijo muy enfadado Dionisio.
-
Lo sé. Por eso he venido a hablar contigo. Es
necesario que dejes de atacarlos. No es normal que guardes rencor por algo que pasó hace tanto tiempo- dijo Rosa
intentándolo convencer.
-
Tú no sabes nada niña. Para mi Diana lo era
todo en mi vida. Y ese estúpido y feo vampiro me la arrebató. Y ahora producto
de ese amor esta ese pequeño y odios vampiro Bram recordándome una y otra vez
mi amor frustrado con ella. LE odio por ello y acabaré con todos ellos gracias
a mi haz de luz. Cuando todos ellos desaparezcan y Diana se vea sola, correrá
de nuevo a mis brazos y volveremos a ser felices juntos. Ya nadie nos volverá a
separar jamás- dijo Dionisio .
-
Pero ella no será nunca feliz contigo. Su corazón
le pertenece a Sam- dijo Rosa intentando calmar la rabia de Dionisio-
-
No es verdad. Ella me ama a mí. Fue ese vampiro
quien la hechizó y la alejó de mí. En cuanto él desaparezca volverá a mis
brazos- dijo muy convencido Dionisio.
-
Pero no será feliz si te deshaces de su
familia, de su marido y de su hijo- dijo tristemente Rosa.
-
Pero Bram está muy enfermo, morirá en poco
tiempo y Diana nunca te lo perdonará- dijo Rosa.
-
Así que esas tenemos. El niño mimado de Bram te
ha enviado para intentar convencerme de los deje libres y sanos ¿Verdad? ¿Donde
está él? ¿Te ha acompañado hasta aquí verdad? Por eso has podido entrar en el
castillo. Pues se va enterar de lo que es bueno. Este será el final de sus
días- dijo Dionisio cogiendo del brazo a Rosa y llevándola hasta en centro de
la habitación.
Y con un gesto de rabia cogió a la niña del brazo y la ató
a una silla mediante unas cadenas que tenía en su gran armario.
-
Ya veremos si Bram demuestra realmente ser
amigo tuyo- dijo Dionisio.
-
Venga llámale. Dile que venga en tu auxilio,
veremos lo valiente que es. Yo le esperaré aquí con mi maravilloso haz de luz .
¿Sabes? Es extraordinariamente poderoso, tiene el poder de cientos de ajos y lo
curioso es que no hace ni pizca de olor . ¿A que no habías visto nada similar
eh? Soy genial. Todos los humanos rompiéndose la cabeza persiguiendo a los
vampiros con largas cadenas de ajos y yo con mi simple haz de luz puedo
deshacerme de ellos sin tener que perseguirlos rodeado por mil cabezas
malolientes de ajo. ¿A que soy genial? Todo sea por recuperar el amor de mi
princesa- dijo muy convencido Dionisio.
-
No me lo creo. Llámalo en seguida si no quieres
que te encierre en mi calabozo para siempre- dijo Dionisio muy enfadado.
Mientras
Bram viendo que Rosa se retrasaba demasiado decidió ir en su búsqueda temiendo
que Dionisio le hubiera hecho algún daño. Muy lentamente se dirigió hacia la
habitación de Dionisio y lentamente abrió la puerta. Desde allí pudo comprobar
con asombro que Dionisio tenía retenida a al pobre Rosa y que le estaba
esperando con su haz de luz para terminar de aniquilarlo.
-
¡ Pero mira a quién tenemos aquí?- dijo
Dionisio. Has venido en busca de tu amiguita. OH..pero que romántico. Parece
que la historia se vuelve a repetir.
Vampiro y humana, humana y vampiro. ¡ Que tierno no!! Pero esta vez
vuestro amor acabará aquí- dijo Dionisio con el haz de luz en la mano.
-
Te equivocas Dionisio. Rosa y yo solo somos
amigos. Ella solo pretendía ayudarme haciéndote entrar en razones, pero veo que
contigo todo lo que hagamos es en balde. Está bien. Elimíname ahora que puedes
pero deja a Rosa en paz- dijo Bram comenzándose a debilitar por momentos como
consecuencia de la fuerza del haz de luz.
- ¡
Ah! ...y encima quieres convertirte en héroe. No
has tenido suficiente con ser el hijo del vampiro más famoso de todos los
tiempos que ahora quieres convertirte en el héroe que murió por salvar a su
querida amiga de las manos de Dionisio el señor Ajo- dijo mofándose Dionisio.
-
Pues creo que no te voy a dar esa satisfacción.
Si te elimino ahora tu muerte será rápida y no tendré la satisfacción de poder
ver cómo te deterioras por momentos. Prefiero que vivas sufriendo y temiendo
que eso pueda ocurrir antes de eliminarte del todo y que descanses en paz- dijo
Dionisio.
-
Haré otra cosa mejor. Eliminaré a tu querida
amiga porque así de esta manera vivirás siempre con la sensación de culpa de
que ella murió por quererte ayudar- dijo Dionisio señalando duramente a la
pequeña Rosa.
-
¿Pero qué está pasando aquí? – dijo Eva que en
aquel momento entraba a la habitación tras haber realizado todo el recorrido a
través del pasadizo.
-
Suelta ahora mismo a mi hermana de ahí- dijo
furiosa Eva dirigiéndose a Dionisio que la miraba con ojos desorbitados.
-
¿Pero si eres Diana?- dijo asombrado Dionisio.
-
No me llamo Diana. Soy Eva- dijo enfurecida
Eva. Y esa que tienes retenida en la silla es mi hermanita Rosa. Así que déjala
marchar.
-
¿Eva? Bonito nombre. Me recuerdas tanto a Diana...- dijo Dionisio acercándose cada vez
más a Eva para comprobar el asombroso parecido que tenía con su querida Diana.
-
Quítate de mi vista ahora mismo sucio ...
Pero antes de que Eva pudiese acabar la frase Dionisio se
abalanzó sobre ella y le dio un fuerte beso en los labios. Bram y Rosa miraban
asombrados la escena muy sorprendidos por que estaba ocurriendo allí.
-
Realmente tu hermana se parece mucho a mamá-
dijo el vampirito muy débilmente ya que debido al haz de luz su energía se
estaba debilitando cada vez más.
-
Bueno, suéltame. Tengo que aprovechar ahora que
Dionisio está entretenido besando a mi hermana para deshacerme del haz de luz-
dijo Rosa. Y Bram como pudo la desató de la silla liberándola de las cadenas y Rosa
se dirigió hacia el haz de luz. Una vez que lo tuvo en sus manos comprobó su
mecanismo y se dio cuenta que funcionaba gracias a una pequeña batería que
tenía instalada en la parte trasera.
-
Si, si , muy genial serás pero tu instrumento
no es eléctrico y funciona a pilas.- pensaba para sí misma Rosa
Y dicho esto abrió el compartimento y extrajo las pilas del
haz de luz y las lanzó a través de la ventana para evitar que siguiera haciendo
daño a Bram . Después recogió de su mochila una pequeña navaja multiusos y con
ella rompió los filamentos que hacían que el pequeño instrumento de Dionisio
produjera luz.
-
Así ya no volverás nunca más a hacer daño- dijo
Rosa dirigiéndose hacia Dionisio que permanecía embelesado mirando a Eva.
-
¿Pero cómo te has atrevido a besarme de esa
manera? – dijo muy enfadad Eva dirigiéndose hacia Dionisio.
Y con un gesto rápido, Eva se volvió a abalanzar sobre
Dionisio y se fundieron en un gran abrazo.
-
Me parece que ya no lo voy a necesitar más-
dijo Dionisio mirando el haz de luz que yacía desarmado en el suelo.
-
Ahora entiendo que cuando un amor pasa solo
tienes que esperar al siguiente y que quizás sea ese el definitivo. No vale la
pena sufrir innecesariamente ya que todo te sirve como experiencia- dijo
Dionisio mirando atentamente a Eva.
-
Creo que ha sido amor a primera vista- dijo
BRam dirigiéndose hacia Rosa.
-
Si pero esta vez no se ha producido entre un
vampiro y una humana- dijo Rosa mirando atentamente al pequeño vampiro...
-
Uy , uy , uy…se lo que estás pensado..pero
sabes que ..
-
Que tu eres un vampiro moderno ¿ verdad?- dijo
Rosa mirando tristemente a BRam .Pero no pasa nada..si un amor se va…otro
vendrá y quizás..
-
Sea ese el definitivo ¿verdad?- dijo Bram
completando la frase de Rosa.
Y finalmente Dionisio dejó apartado su resentimiento con
los vampiros y decidió que nunca más volvería a perseguirlos ahora que su corazón
ya se encontraba completo gracias al amor que sentía por Eva.
Bram y Rosa se despidieron con un hasta siempre, ya que
ahora conocía la manera de cómo llegar hasta el castillo de Transilvania a
través del pasadizo secreto que partía del monasterio de Covadonga.
Tras las despedidas, Dionisio, Eva y la pequeña Rosa se
dirigieron de regreso a su casa a través del túnel subterráneo.
-
Bueno querida hermana, creo que en esta
excursión has encontrado algo más que una nueva especie para tu colección de
botánica- dijo Rosa mirando a Dionisio.
-
Bueno creo que ahora tendré que compartir el
afecto de mi hermano contigo- dijo la pequeña Rosa a Dionisio. Espero que te
portes bien con ella ¡eh!!
Y juntos los tres llegaron hacia el monasterio de Covadonga
donde Eva depositó una velita en el altar de la virgen en señal de
agradecimiento por haber encontrado definitivamente al que sería su futuro
esposo. Rosa agradeció también a la virgen el hecho de haberle permitido
conocer a su amigo Bram con el que sabía que juntos compartirían nuevas y
emocionantes aventuras.
Y es por esta
razón que las rocas del santuario
parecen estar iluminadas por un haz de luz que les otorgan un color rojizo muy
característico y conocido por todos los asturianos que acuden a ver el
monasterio, recordando con ello el famoso haz de luz de Dionisio y como su amor por Eva le hizo olvidarse del
resentimiento que sentía por los vampiros.
En épocas de niebla el santuario parece estar como flotando
en el aire, como si estuviera construido sobre las nubes recordando con ello
también el magnífico vuelo de los murciélagos.
Cuenta la leyenda que el monasterio de Covadonga fue utilizado como lugar de culto a partir del
momento en que Don Pelayo perdonó a un malhechor musulmán que se
encontraba dentro del monasterio en la
época luchas entre los cristianos y musulmanes. Un ermitaño que se encontraba
rezando a la Virgen consiguió que Don Pelayo olvidase su rencor hacia él y que le
dejara partir en libertad.
¿Pero quién sabe? Quizás el origen verdadero del culto
encuentre su respuesta en el amor de Dionisio hacia Eva que le hizo perdonar su
rencor y su lucha hacia los vampiros y en la petición de Eva hacia la virgen
por encontrar al fin su amor verdadero.
Y colorín, colorado...este cuento se ha acabado.
Los wikicuentos multiculturales. Mónica Zambrano
No hay comentarios:
Publicar un comentario